La investigación biomédica, una de las ramas de la biología, está enfocada en estudiar los aspectos biológicos, químicos y fisicoquímicos de los estados de salud y enfermedad en el ser humano, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes a través del establecimiento de nuevas estrategias terapéuticas o de mejorar las existentes. Para lograrlo, los investigadores frecuentemente se apoyan en el uso de modelos biológicos que les permitan reproducir en un contexto controlado uno o más aspectos del fenómeno biológico a estudiar. Uno de estos modelos, quizá de los más utilizados, es el ratón.

                  El ratón es un mamífero que posee gran similitud anatómica, fisiológica y genética con el ser humano, razones que lo convierten en un modelo ideal para la investigación biomédica básica, además, su talla pequeña y su elevado potencial reproductivo hacen que su mantenimiento sea relativamente sencillo. Adicionalmente, existen gran variedad de cepas de ratón que han surgido por mutaciones espontáneas o generadas con técnicas de modificación genómica. Éstas han sido piezas claves en el estudio de diversos padecimientos, por ejemplo, cáncer, diabetes, enfermedad de Parkinson, entre otras.

                  Cuando los ratones de una cepa dejan de ser necesarios para el experimento, éstos son resguardados hasta que se plantean nuevos cuestionamientos, mientras tanto, los roedores se mantienen en los vivarios o bioterios, generando altos costos de mantenimiento y problemas éticos.

                 Una de las alternativas a esta problemática es la criopreservación, que se refiere al método que permite el almacenamiento de moléculas, células, tejidos y/o organismos en bajas temperaturas (-196º C) sin que éstos pierdan sus propiedades químicas o biológicas. En el caso del ratón, las líneas se han logrado almacenar mediante la criopreservación de embriones en etapas tempranas del desarrollo, pero también es posible el almacenamiento de ovarios, espermatogonias, espermatozoides y óvulos. Este recurso, el de criopreservación, permite entre otras cosas:

• Reducción de costos de mantenimiento.
• Contención de problemas éticos.
• Resguardo de cepas únicas de ratón
• Respuesta rápida ante contingencias sanitarias que pudieran presentarse en los bioterios.

            Tomando en cuenta lo anterior, en el 2016 se establece en las instalaciones del Institituto de Investigaciones Biomédicas el Laboratorio Nacional de Recursos Genómicos (LaNReGen) bajo la dirección de la doctora Patricia Ostrosky en colaboración con otros Institutos de Investigación de la UNAM, otras Instituciones Nacionales de Investigación (Instituto de Fisiología Celular-UNAM, Responsable: Dr. José Bargas Díaz. Universidad Autónoma de Nayarit, Responsable: Dra. Aurora Elizabeth Rojas García. Instituto de Neurobiología –UNAM Posteriormente se adicionaron a este proyecto otras instituciones como Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Responsable: Dr. Gerardo Gamba Ayala. Universidad Autónoma de Nuevo León, Facultad de Química. Responsable Dr. Isaias Balderas) y con el apoyo del entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt.

Adicionalmente, tomando en cuenta las habilidades técnicas que se poseen en el LaNReGen, el laboratorio puede ofrecer los siguientes servicios:

• Eliminiación de patógenos en cepas de ratón por el método de fertilización in vitro (FIV) y transferencia de embriones.
• Entrega de embriones de ratón para transgénesis.
• Apoyo a la producción de ratones genéticamente modificados.
• Re-vitalización de embriones criopreservados provenientes de otras sedes o del extranjero.
• Obtención de células troncales embrionarias de ratón.

Cursos de capacitación.